
Agua, tomo agua y asomo a la ventana. Gotas quedan en mi entrelabio superior y recuerdo a alguien...
Es algo intenso como cada esena de 'The corpse bride' y la naturalidad de los cadáveres sonrientes, el gótico amor de Emily, la dulzura de Victoria y la mirada de Víctor.
Recuerdo a alguien y sin señales ni cartas me apresto a pintar árboles negros y un sol naranja. Sólo un dibujo torpe y una canción de los años 70', algo para despistar mis escenas mentales.
Oh, y después ir a orar un poema de Eielson en aquel templo donde mi padre sujetaba mi mano y elevaba una plegaria. "Virginia, (aquí me decía un sobrenombre que nadie sabía sino nosotros dos) no corras aquí y ven prendamos dos velitas.." Iluminábamos nuestros rostros y yo pedía secretamente por algo tan imposible, como ahora que sé que a nadie puedo pedir algo, algo hermoso . Que no es así, que todo es como un girador, un poema cruento de Lautreámont , un film sin happy end.
Ilustración: toma de la película 'The corpse bride'.